
(Edvard Munch)
Fecha: 1893
Materiales: Tempera y pastel sobre tabla
Dimensiones: 91 x 73,5 cm.
Descripción
Puedo reconocer un puente, un río, unos barquitos, un cielo y personas.
Se encuentran muchas líneas en la zona del puente, las maderas. También hay muchas líneas curvas. Deformaciones de las figuras (humanas sobretodo).
En el puente se encuentran sombras, específicamente en la baranda. El volumen se expresa sobretodo con la perspectiva y los cambios de tamaño. El punto de fuga se encuentra a la izquierda. Él está más grande que sus compañeros.
Utiliza colores arbitrarios, complementarios y predominan los colores oscuros y son opacos.
La cara se encuentra más iluminada que el resto de la obra y también el cielo, pero en definitiva es una obra oscura y opaca.
Se utilizan pinceladas largas, mezcla colores complementarios.
Análisis formal
Hay un equilibrio en la figura más cercana, pero no llega a ser simetría. Hay mucho contraste entre el fondo (colores cálidos) y lo demás (colores fríos/oscuros). El mayor punto de énfasis es la cara deformada. En la persona principal, predominan las líneas curvas tanto como en el fondo (río y cielo) mientras que en el puente y las personas de atrás predominan las líneas rectas.
La perspectiva se ve en forma regresiva, ya que hay un punto de fuga en el medio hacia la izquierda, que demuestra cierta lejanía, pero también el cielo está representado con colores cálidos, que indican una especie de cercanía. La persona principal es muy grande, en relación con las demás personas más atrás, hay una diferencia de tamaños evidente.
El horizonte está esfumado, así como el río y el cielo.
En esta obra, se pueden observar a dos personas a lo lejos caminando por un puente y a otra principal que se encuentra alejada de las otras dos, pero más cercana en perspectiva. Esta es una situación bastante acercada a una situación cotidiana.
Interpretación
Principalmente, se interpreta como un grito de desesperación, un pedido de ayuda. Esto se nota porque el mayor punto de énfasis se encuentra en la cara deformada de la persona principal, que demuestra estar gritando de una manera desesperante y parece estar horrorizado. También se nota al estar la cara un tanto deformada. Representa la situación personal del autor.
Por otro lado, se observa que le da más énfasis a la figura principal y que el fondo se encuentra más difuso, pero existe una relación de dependencia entre la figura y el fondo, por más que uno se encuentre más “desvalorizado” que el otro. Lo más importante es el estado de la figura que puede interpretarse como que se encuentra en un estado de desesperación, angustia, necesitado de ayuda, horrorizado; pero esto se relaciona con el fondo donde representaría que, a pesar que parezca de menor importancia, influye en él, ya que el fondo representaría una situación cotidiana, de un puente, con su correspondiente río y el cielo. Pero hay un detalle en el río, que es el de dos barquitos, donde se encuentran personas que pasean con tranquilidad, relajándose, sin tener preocupaciones que es aquello que influye sobre la figura, ya que a ésta le tocó vivir una situación desesperante y, al ver que otros viven tranquilos y relajados, se siente horrorizado de su situación y le gustaría estar como aquellas personas en los barquitos, ser uno más. Esto también podría estar expresado por el hecho de que en el fondo predominan las líneas curvas, mientras que donde él se encuentra (puente), son líneas rectas, pero él corta con esas líneas rectas, que son en él más curvas, lo cual podría interpretarse que desearía ser parte del fondo, de la gente normal, sin problemas.
Como es una representación/expresión de la situación personal del autor, se caracteriza por los cambios de escala, deformaciones, colores complementarios y símbolos, indica pertenecer al simbolismo/expresionismo nórdico.
El expresionismo fue una corriente artística que buscaba la expresión de los sentimientos y las emociones del autor, más que la representación de la realidad objetiva. Es decir anteponía esos sentimientos a las propias formas.
El movimiento artístico en el que Munch se encontraba también respondía ante las clases burguesas y muchas veces a través de la representación de los sentimientos trataban de reflejar las injusticias sociales.
Munch llevaba al límite la pintura no objetiva.
Influye mucho el post-impresionismo, al poner colores un tanto yuxtapuestos, al desmaterializar el fondo, utilizar colores arbitrarios, perspectiva deformada y también esa intención de sacudir al espectador.
Tiene parecidos con algunas obras de Van Gogh, y también, siempre se supo que se sentía atraído por las obras de Gauguin (viajaba mucho a París) y comparte con él ese simbolismo característico.
El Grito y la obra de Munich, tuvo, en general, una relevante influencia sobre el expresionismo alemán, concretamente, sobre la corriente artística El Puente.
Estos pintores criticaron la sociedad regida por el trabajo industrial y por el sistema socio-económico de Guillermo II, de forma más directa y clara.
Ellos tomaron el testigo de Munch, ese que afirmaba que sería insincero no mirar más que al lado agradable de la vida.
Se observa mucho en otras de las obras de Munich, que desmaterializa el fondo, dando a entender que desea resaltar más la figura que el fondo, pero más que nada, la situación en la que se encuentra la figura. Por ejemplo, en esta obra, El grito, no es tan importante el lugar ni lo que sucede detrás de la figura, sino la figura misma y, más que nada, su expresión de desesperación. En otra de sus obras, Soledad, también representa el fondo un tanto difuso, pero nunca deja de entenderse qué es. En dicha obra, se encuentra la figura en la playa, sola y muestra, bien a lo lejos, entre ese fondo mitad desmaterializado y mitad no, en un muelle a una pareja que está contrayendo matrimonio. Lo que esto nos dice es que si bien quiere resaltar el estado de la figura principal, ese estado depende de lo que está sucediendo en su entorno (en el fondo).
Munch, se caracterizó por tratar en sus obras los sentimientos y las tragedias humanas. En esta en particular, se dedicó a expresar la angustia y el dolor que sentía por dentro.
En unas notas de 1886 escritas por el autor en Niza, Munch recuerda la situación que daría origen al cuadro:
“Iba caminando con dos amigos por el paseo el sol se ponía - el cielo se volvió de pronto rojo - yo me pare - cansado me apoye en una baranda - sobre la ciudad y el fiordo oscuro azul no veía sino sangre y lenguas de fuego - mis amigos continuaban su marcha y yo seguía detenido en el mismo lugar temblando de miedo - y sentía que un alarido infinito penetraba toda la naturaleza”.
Su fuente de inspiración fue ese día en el que salió a despejarse de la situación trágica que estaba viviendo, que no se aclara en lo citado anteriormente, (su madre y una de sus hermanas murieron siendo él muy joven y a otra de sus hermanas le fue diagnosticada una enfermedad mental), con dos amigos, y por un momento él se separó de sus amigos y pegó un grito muy fuerte y desesperante; entonces decidió volcarlo de manera artística sobre la tabla, aprovechando, así, para descargarse ese dolor interno y poniendo en manifiesto que se encontraba desesperado y necesitado de ayuda.
Por otro lado, el grito que Munch dirige a la ciudad no sólo transmite una angustia personal del pintor sino además una cierta incomprensión y crítica hacia la nueva forma de organización socioeconómica de la época.
No parece muy descabellado considerar que ese grito de incomprensión y desesperación incluyera algo de lo que respiró a lo largo de su vida en Cristiania y más tarde en París, la lucha contra un sistema socioeconómico que no entendía.
Cristiania (la actual Oslo) se consideraba la cuna del movimiento Bohemio noruego, en la época de Munch.
Los bohemios de Cristiania dirigían sus trabajos y sus provocaciones contra la falsa complacencia y contra la estrechez de principios morales y éticos. Consideraban que el sistema estaba envuelto en contradicciones.
No compartían la forma de organizarse de la sociedad y por ello vivían en un clima de represión y Munch no fue ajeno a este movimiento de protesta.
Munch, luchaba por el ideal de una sociedad honesta y vigorosa y defendían la liberación social sometiendo para ello los valores recibidos a una crítica despiadada.
Munch estaba por tanto dentro de esta corriente reivindicativa y hacia finales de los 1890 tenía proyectado un ciclo de cuadros con el tema de la vida Bohemia.
En definitiva, Munch creció en el ambiente Bohemio y al igual que este movimiento criticaba los valores establecidos.
Pero, por otro lado, Eduard Munch pinto el Grito en 1893 en París, sin duda una de las cunas del pensamiento contemporáneo y de las reacciones sociales que siguieron a la Revolución industrial.
La Revolución industrial es un hecho histórico que marca un antes y un después no solo en la historia del pensamiento social y político, sino además, y fundamentalmente, en la forma de organizarnos socio-económicamente como civilización humana.
La sociedad se subordinó a la economía. De alguna forma, una economía de mercado solo podía existir en una sociedad de mercado. Todos los componentes de la economía, incluida la tierra y la mano de obra, se incluyen en ese sistema de mercado y todos los factores de producción son considerados mercancías destinadas a la venta y sujetas al mecanismo de la oferta y demanda.
Resulta interesante leer lo que Munch dice del arte dentro de este nuevo sistema de producción:
“Lo que esta arruinando el arte moderno es el comercio, al exigir que los cuadros se vean bien una vez que se los cuelga en la pared. No se pinta por el deseo de pintar......o con la intención de pintar una historia. Yo que fui a Paris hace siete años (Munch residió en París en 1885) lleno de curiosidad por ver el salón y que estaba dispuesto a dejarme llevar por el entusiasmo –lo que sentí fue sólo repugnancia”
París vivió una época de boicots, sabotajes y huelgas generales contra la clase burguesa y El Grito fue pintado en este clima social. Por lo tanto, considero que para un pintor comprometido con el movimiento Bohemio e identificado con el enfrentamiento contra la clase burguesa la abstracción le hubiera resultado complicada.
Juicio
Desde un punto de vista neutro, demuestra ser una obra de suma importancia, a pesar de haber sido pintada en 1893, en la actualidad sigue teniendo un fuerte peso por su carácter expresionista. También esto de denota por el hecho de que fue robada hace 3 años y recuperada recién el año pasado del museo donde se encontraba.
Por otro lado, esta obra me llamó mucha la atención ya que su autor, Munch, se destacó más que nada por tratar en sus obras los sentimientos y tragedias humanas, y opino que el arte realmente puede apreciarse cuando es evidente que el autor expresa aquello que siente, aquello que vive o vivió. Aprecio mucho más las obras que demuestran tragedias, que aquellas que expresan felicidad porque estas últimas las considero aburridas; en cambio, las otras abarcan una diversidad inmensa de sensaciones y sentimientos; esto lo digo porque pueden presentarse situaciones trágicas en distintas personas pero la manera de enfrentarlas de cada uno siempre va a ser diferente, en cambio, la felicidad, alegría, etc, por lo general, siempre es expresada de maneras similares (cuadros ricos en colores, colores radiantes, cálidos, brillantes, alegres, entre otras). Es muy interesante esa manera particular de expresarse de Munch.
Pero, como nadie ni nada es perfecto, esta obra presenta desde mi criterio algunas imperfecciones, como por ejemplo ese horizonte un tanto difuso no es de mi agrado, por el hecho de que parece que el río es introducido dentro del cielo. Tampoco me parece la mejor manera de pintar el fondo, las pinceladas largas y la cara necesitaría un toque más de luminosidad, para que llame más la atención que el cielo.
En cambio, desde un punto de vista optimista, considero muy equilibrante ese toque de oscuridad de la obra en general, también que el fondo se encuentre representado de manera un tanto difusa para que pueda destacarse más los sentimientos y la expresión de la figura.
Por el lado creativo, es muy interesante como ha sido deformada la figura humana, de modo que parezca más fantasmal y acentúa ese dejo siniestro y de horror de la obra y del autor. También es muy creativa la forma de expresión de la cara, es muy penetrante, podría hasta decir que me transmite una imagen auditiva de la intensidad de ese grito.
En definitiva, Munch aportó mucho a la sociedad y al mundo del arte, tanto en su época como en su posterioridad, inclusive en la actualidad. Alentó a desarrollar de una manera tan particular la expresión de los sentimientos en forma de arte y así a experimentar maneras dentro de todo “sanas” para despejarse uno o más bien para descargarse, se las distintas situaciones que les toca vivir a cada uno. Fue un artista muy original, hizo que se aplicaran conceptos nuevos en al arte (llevó al límite la pintura no objetiva y anteponía sus sentimientos a las propias formas) y también nos enseñó que a la hora de hacer arte, hay que sentirlo realmente y sacarlo desde lo más profundo de nuestro espíritu.
Por Marina San Martín
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